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Ciudad de México: Casa Guillermo Tovar de Teresa

Terminando mi torta de milanesa, con su respectiva agüita de melón, me fuí a ♪caminar, caminar, sin parar♪. Hasta que dije ¡Ya estuvo! y que agarro un camión. Y que termino visitando la Casa Guillermo Tovar de Teresa, 3a. sede del Museo Soumaya.

En Twitter había visto algunas postales de tan hermosa vivienda, me dije a mi misma: A ver si te das una vuelta a disfrutar en vivo y a todo color, de tanta exquisitez. Y me la dí. La vuelta pues. La colonia Roma es bien conocida por la belleza de sus construcciones, la casa de Guillermo Tovar, no era la excepción. Nuevamente, al llegar te reciben unas escaleras marmoleadas, el guardia te da tu boleto, la entrada es gratuita, te aclara.

En éste inmueble porfiriano vivió el Cronista de la Ciudad de México, Guillermo Tovar de Teresa (1956-2013), historiador y defensor del Patrimonio Histórico de México. Los muebles, la decoración, las pinturas, todo está cuidado al más mínimo detalle.

En algunos rincones me recordaba a la Casa Arocena, que pudiera ser lo más cercano a éste estilo que tenemos en Torreón. Claro, que cada recinto tiene su propia personalidad. El acceso a la segunda planta no estaba permitido, por lo que me dediqué a escudriñar la planta baja, así como el jardín secreto, ¡Buenos, hasta los baños están preciosos!

Por un momento se le olvida que está en medio del bullicio y de la falsa sociedad, un ambiente de tranquilidad predomina en los salones, especialmente en la biblioteca, donde dan unas ganas inmensas de sentarse a leer, tocar, oler cada tomo que habita en los anaqueles. Sighhhhh!

¡Qué interesantes han de haber sido las charlas con sus amistades y familiares! ¡Cuántas personalidades habrán pasado por estas puertas! ¡Cuántos viajes, aventuras y anécdotas acumuladas tendría Don Guillermo! ¡Cuánto conocimiento y cuánto amor por la Historia de México!

Salí suspirando, languidecía la tarde, como invitándome a seguir descubriendo los secretos de la gran ciudad.

P.D. Al lado hay una cafetería preciosa, por si gusta y degusta.

Cómo llegar

Dirección

Calle Valladolid No. 52 , Col. Roma Norte, C.P. 6700, México

Horario

Lunes a Domingo10:30 am a 6:30 pm
Acceso gratuito

Más información

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Ciudad de México: Museo del Juguete Antiguo

Tenía muchas ganas de conocer el Museo del Juguete Antiguo, desde hace varios años que ví algunos vídeos en Youtube. Hasta que se me hizo Manuelito, me lancé caminando desde el Hotel, en parte también, para disfrutar las calles de la Ciudad de México. ♫Camino por Narvarte, Polanco y Coyoacán♪

De hecho, me abstuve mucho tiempo, pues quería llevar a MiBeba a conocer los juguetes de mi infancia, sin embargo, luego reflexioné que eran precisamente de MI infancia, y no la de ella, que igual le parecerían aburridos, o se cansaría. Bueeee… terminé yendo sola.

En los alrededores, existen numerosos murales intervenidos con ilustraciones alusivas al Museo, te van poniendo «en ambiente». El edificio es un conjunto habitacional, adaptado totalmente al Museo, lo cual ignoraba por completo, no tenía idea de lo grande que era el lugar… había calculado estar unas 2 horas, ¡Terminé el recorrido en 4 horas! ¡Chiiiiiiicleeeeees!

Cuando llegas, la entrada te da un aire de edificio abandonado, la veldá, entre los grafittis y las calcomanías, me estaba desanimando un poco, subí las escaleras y timbré, unos minutos después abrieron la puerta y me recibieron.

Aquí me invadió una ola de sentimientos encontrados, estaba muy emocionada, ¡Finalmente conocería el MUJAM! pero… ¡Hay demasiados juguetes! A mi parecer, están muy amontonados en ciertas secciones, empecé a sentir un poco de ansiedad. Hay unas simpáticas botitas esparcidas por el suelo, van indicando el orden del trayecto.

El arquitecto Roberto Shimizu inicia la colección de juguetes en su tierna infancia, la que ha ido incrementando gracias a sus viajes y a donaciones particulares. Nos topamos esencialmente con juguetes mexicanos desde los años 30’s hasta los 90’s, y varios cachivaches y muñecas de Japón, China, Alemania, USA y contando. El Museo cuenta también con objetos cotidianos, como radios, televisores, comics, llaveros🤤, étc, que le llevan prácticamente a viajar en el tiempo… a su niñez.

El recinto consta de 9 salas, distribuidas en 4 pisos, terraza y sótano. Existen innumerables vitrinas a tope, rockolas, lentes, estantes, y un sin fin de maneras de exhibir tan extensa colección. Los temas varían desde las Barbies, la Lucha Libre, King Kong, muñecas Lily Ledi, carritos, robots, lo que se le ocurra. Es un Museo totalmente fuera de lo común.

Cada espacio está decorado con arte urbano, calcomanías, dibujos, donde lo que predomina es la creatividad ¡Hasta un Silver Surfer me encontré en las escaleras! No, no, no haya uno para donde voltear. Está muy padre, no obstante, hubo un momento en que me agobié. No supe si fue por que había muchísisisisimo que ver, porque no había comido, por la altura de la ciudad o porque había una vibra algo densa en ciertos rincones. No atino a quien atribuir esa sensación, si a los juguetes (y sus antiguos dueños) o a las habitaciones (y sus antiguos moradores). No me haga mucho caso.

Me sentí un poco triste porque, por más que busqué, no encontré alguna Bárbara y Lily, muñeca mexicana de la marca Lily Ledy que semejaba la Barbie de Mattel, casi que era mi principal motivo al asistir. Por lo que me pude dar cuenta, tienen otros muchos juguetes que van rolando en exhibición ¡Es un mundo! Por otra parte, algunos de los objetos los reconocí, los recordé y reviví memorias de antaño. En mish tiemposh.

En el tiempo que permanecí ahí, llegó una familia rusa primero y una japonesa después. Llegaron, vieron y se fueron, y yo seguía. La niñita rusa tiró accidentalmente un letrero, que hizo mucho escándalo, volteé a verla para cerciorarme de que estuviera bien, y la pequeña empezó a darme explicaciones y yo: Sí, sí, no te apures, no pasa nada, ¡Ajá! ¡Ay! Ya hace hambrita.

Cuando sales al patio central hay una máscara gigantesca de un negro con unas manotas agarrando unas maracas, se encuentra «vomitando» juguetes, es muy impresionante. Me sorprendí mucho al verla, me dio algo de miedo y no supe, ni entendí, el porqué estaba ahí. Hasta ahora, revisando las fotos con MiEspo, me dice: Investiga lo que dice el letrero «Carlos Colorado». Resulta que fue el fundador de la Sonora Santanera, quienes tocaban en el Salón Colonia, donde estaba la máscara, en cuya boca colocaban el piano de la Sonora. ¿Quiobo?

P.D. Saliendo de ahí me fui por una torta, más no de jamón. Pero esa, es otra historia.

Cómo llegar

Dirección

Dr. Olvera No. 15, Col. Doctores, Del. Cuauhtémoc, Ciudad de México CP 06720

Horario

Lunes a Viernes9 am a 6 pm
Sábado9 am a 4 pm
Domingo10 am a 4 pm

Costos

$75 Entrada general
$50 Promoción (Estudiantes y 3a. edad)
$10 Estacionamiento

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Ciudad de México: Monumento a la Revolución

Andaba yo, ¿Verdad?, con las orejas puestas, como suelo andar, paseando en el Turibús, cuando escuché a unos pasajeros reír justo al pasar por el Monumento a la Revolución, comentando que habían subido en el elevador, ¿Cuál elevador tú? que estaba muy padre y que las garnachas. ¿Vamos? ¡Vamos!

Opté por visitar el Monumento al caer la tarde, aprovechando el ocaso para no insolarme. Tenía algo de curiosidad, había pasado en otras ocasiones por la Plaza y tomé una que otra fotografía, pero no tenía idea de lo que iba a encontrar, ni mucho menos, de que iba a caminar entre las entrañas de la estructura. ¡Y qué experiencia, oiga!

Hay varias opciones para el ingreso, dependiendo de las actividades que desee realizar, el tiempo que quiera invertir y el presupuesto del que pueda disponer.

Fotografía de Guillermo Kahlo. Construcción del Palacio Legislativo, México, 12 de junio de 1912

1906: El Presidente Porfirio Díaz, quiere celebrar por todo lo alto el 1° centenario de la Independencia (1910), así que encarga al arquitecto francés Émile Bénard, el diseño del Palacio Legislativo. Dicha obra, queda inconclusa al estallar la Revolución Mexicana.

Dado que se cimenta sobre terreno pantanoso, se construye una estructura metálica sobre una cama de 17,000 pilotes. La Compañía Miliken Bros, en Estados Unidos, es quién realiza la estructura.

El proyecto queda en completo abandono por años, hasta que en 1933, el arquitecto mexicano Carlos Obregón lo retoma, dándole un toque Art Decó. Aprovecha el esqueleto inicial, adapta unas partes y otras son reubicadas (cual gigantesco rompecabezas) en diversos monumentos a lo largo y ancho de la Ciudad de México. Como el águila que quitan de la linternilla y trasladan al Monumento a la Raza.

También el escultor Oliverio Martínez pone su granito de arena, al crear las esculturas «La Independencia», «Las Leyes de Reforma», «Las Leyes Agrarias» y «Las Leyes Obreras», ubicadas en cada esquina del recinto. Me recuerdan a las que están en el Palacio Federal de Torreón. Al pie de cada vértice están depositados los restos de: Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles y Francisco Villa.** Nos contaron que Carranza seguía peleándose con Calles bajo tierra, que si temblaba era porque estos discutían sus diferencias en el más allá.

Total, que usted puede subir por el elevador de cristal, acceder al corazón del monumento, ir y venir por las escaleras, para disfrutar de las espectaculares vistas de la ciudad. ¿Cómo en la Torre Latino? ¡Cómo en la Torre Latino! Igual pero más chaparra. 😋

Aprovecharon cada recoveco, para montar exposiciones, hay espacio para proyecciones revolucionarias (de la Revolución, no que fueran innovadoras, bueno sí eran, para la época, pero me refiero a temas de la Revolución, es decir… bueno, usté me entiende, creo, espero), también puede optar por visitas guiadas, que con sencillas explicaciones enriquecen notablemente su estancia.

Hay unas escaleras que pareciera se van angostando, o están muy inclinadas, o no sé si me afectó nuevamente la altura, el caso es que me empecé a marear, luego ya no iba subiendo de pie, sino a gatas ¡Ay, mi dios! Parezco borracha. ¡Pero tomé mi foto!

Ya para cuando llegué a la parte superior, el sol se había retirado a descansar, obtuve una genial panorámica nocturna mientras me sujetaba fuerte del barandal de cristal, el viento en mi rostro, el corazón en la boca y un gran temor a caerme. ¿Cómo en la Torre Latino? ¡Cómo en la Torre Latino! Igual pero en vez de rejas, cristal. ¡Chiiiiiicleeeees! Ahí me estuve muuuucho rato, pensando, reflexionando, temblando y disfrutando de mi soledad. ♫Sola con mi soledad♪

-¡Ah, que a gusto! -Po’s ni tanto

Un plus son las figuras de cera, me parece haber visto un lindo gatito a Porfirio Díaz cerca de un pilar, eso o ya estoy delirando. En la parte superior están sentados cómodamente Francisco Villa e incómodamente Emiliano Zapata, se le nota en la cara. Seh. Foto pa’l feis. ¡Momento, no tengo feis!

Sinceramente, es muy impresionante recorrerlo por dentro, ver los remaches, las vigas, saber como ha resistido los embates del tiempo, el clima y los terremotos, mientras permanece, erguido como fiel centinela.

P.D. Aquí se localiza el Museo Nacional de la Revolución ¡Imperdible!

P.D.2 Me corrige @LinuxmanR4, que los restos de Pancho Villa están incompletos, pues ¡Qué se ha perdido la cabeza! bueno, no, más bien se la robaron los muy jijos de la jijurria. Esto nos daría como resultado: Los restos de los restos… ¡Chicles y gomitas! 😢

Cómo llegar

Dirección

Plaza de la República S/N, Col. Tabacalera Del. Cuauhtémoc, CP 06030 Ciudad de México

Horario

Lunes a jueves
Viernes y sábados
Domingos
12 a 20 h. (límite de acceso 19:30 h.)
12 a 21 h. (límite de acceso 20:30 h.)
11 a 20 h. (límite de acceso 19:30 h.)

Costos

$120 General $100 Reducida *Informes en: https://boletos.mrm.mx

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Ciudad de México: Palacio Postal

Mi madre vivió durante algunos años en la Ciudad de México. Acudía regularmente a la oficina de correos, para enviar misivas a sus padres y familia que residían en Torreón. Siendo yo niña, me platicaba de lo hermoso que era el edificio y que le gustaba admirarlo en cada ocasión. Con esta imagen en mente, crecí planeando algún día conocerlo.

Una tarde llegué cuando estaban cerrando, había un letrero de desviación con un número telefónico, para visitas guiadas al Museo y para poder subir al 2° piso. Llamé en repetidas ocasiones y nunca contestaron. Al año siguiente fuí por la mañana, no me permitieron el acceso al Museo y me salieron con lo mismo: «llame a tal número», –pero con anticipación-, subrayó el vigilante. Otro año me citaron en la noche, ahí voy toda emocionada para «un recorrido nocturno» y al llegar me aclararon que «La Noche de Museos» había sido la semana anterior😪. Traté de hacer cita por internet, seguí marcando el mentado número, con meses de antelación, y nada. Finalmente, fuí un viernes a medio día. Me quedé sin batería en el celular, así que conecté el cargador en un enchufe, me dediqué a visitar una exposición que había y a tomar un montón de fotos. Resignada a no tener mi tour, ni visitar la planta alta, ni el 3° nivel, me conformé con el vídeo que hacía tiempo había publicado Crónicas de Banqueta.

El Palacio Postal se inaugura el 17 de febrero de 1907, con la presencia del Presidente Porfirio Díaz, quien encargó el diseño del inmueble al arquitecto italiano Adamo Boari (sí, el de mi crush) y la construcción al ingeniero mexicano Gonzalo Garita, enlazando estilos arquitectónicos como el plateresco, isabelino y gótico, entre otros, dándole ese toque eclético tan característico al edificio.

Su estructura metálica de acero tipo Chicago, traída desde Nueva York, y sus cimientos con emparrillado de acero ahogado en concreto, le dan gran estabilidad, lo que le ha permitido sobrevivir a varios terremotos.

Bellamente ornamentado con un reloj monumental, importado de Alemania, por los Hermanos Dienner y ensamblado en México por la Joyería La Perla, del cual se platica que, sus campanadas, se oían a 4 km a la redonda, y cuyo diseño fue ora también, del maestro Boari.

Cada vez que lo veo por fuera me lleno de admiración, pero cuando ingreso siento que me transporto a algún palacio francés, y que en cualquier momento, aparecerá un monarca o bien, el mayordomo a preguntar que se me ofrece. Cinco estampillas parfavar monsieur.

Guardo mucha ilusión, de conocerlo íntegramente, con o sin visita guiada, todo lo que quiero es subir por las escaleras, observar sus tesoros y tocar, por un momento, el pasado.

Cómo llegar

Dirección

Calle de Tacuba 1, Centro Histórico de la Cd. de México, Centro, Delegación Cuauhtémoc, CP 06000 Ciudad de México.

Horarios

  • Lunes a Viernes: 8:00 am a 7:30 pm
  • Sábado 10:00 am a 4:00 pm

Más información

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Ciudad de México: Teotihuacán

Salí a las 6:00 am de Casa Pepe sin desayunar, pues el buffet abre hasta las 7:00 am. Las calles lucían completamente solas, al igual que el metro. Seguí a pies puntillas las instrucciones que leí en miviajar.com, también pude haber bajado la aplicación de las líneas del metro para el celular, aunque prefiero ver el mapa en cada estación o de plano preguntar a usuarios y oficiales de seguridad.

Me dirigí a la Central de Autobuses del Norte, a los Autobuses Teotihuacán. Hay salidas cada 15 min. y los precios son muy accesibles. El trayecto duró 1 hora, puede bajarse en el pueblo y recorrerlo a pie, o bien, bajar hasta la entrada 2 e iniciar su recorrido (Hay 5 entradas). Antes de ingresar me compré unas gorditas y aparte llevaba una fruta.

Teotihuacán: «Lugar donde fueron creados los dioses», o «Ciudad del sol», fue nombrada así por los Mexicas, seis siglos después de su abandono. Comprende del año 100 aC hasta el 850 dC.

Wikipedia

Pagué la entrada, $75.00 mn, empecé a caminar por la calzada para encontrarme de frente con la Pirámide del Sol, sobrevolada por varios globos aerostáticos. Si usted cuenta con suficiente capital y es gustoso, puede contratar diversos tours que pasan a recogerlo en la puerta de su hotel, lo traen en camión privado, incluyendo entradas y alimentos, y lo llevan a volar en estos magníficos globos. Sí soy gustosa, pero no cuento con tanta producción 🙂

Llegué algo temprano, realmente había muy poca gente, así que aproveché para disfrutar el paisaje, res-pi-rar el aire matutino y subir lentamente. Ví que muchas personas subían corriendo, se medio desmayaban a mitad de camino y seguían trotando. Se tomaban varias selfies y bajaban de volada. No señor, yo hasta me senté en varios niveles, ver, oír, oler, sentir esas piedras bajo mis pies, imaginar la vida hace cientos de años, percibir la energía en el ambiente, ¡Y sin fumar de la buena!

Me cuenta mi MamáO que cuando yo era pequeña, fuimos a Teotihuacán en compañía de mis abuelitos y que sólo mi PapáA y ella subieron la Pirámide del Sol. De seguro me quedé con las ganas de subir, porque es algo en lo que venía pensado durante mucho tiempo. Lo curioso, es que, no recuerdo en absoluto nada de ese paseo.

Al fín alcance la cima, y no me crea de nuevo, pero sí se siente una energía muy dinámica, muy fuerte y arrasadora. Cerré los ojos, eleve las palmas al cielo y recibí los rayos del sol. ¡Chiiiiiiclesssss y gomitas! Había(mos) muchas personas trepadas, reflexioné por una parte ¡Qué padre que pude subir aquí, vivir esta experiencia! Por otro lado: ¡Qué mal que nos permitan subir! Estamos sobre suelo sagrado, al que sólo accedían los Sacerdotes (y los sacrificados) ¡No somos dignos!

Y no, no lo somos: Vasos desechables, numerosas colillas de cigarro, bolsas de frituras tiradas a lo ancho y alto de las estructuras, gente burlándose y haciendo bromas. Le puedo asegurar que no eran los extranjeros quienes cometían estas atrocidades. Triste mi calavera😞.

Bueno ya, basta de quejas, bajé y anduve de curiosa entre las diferentes estructuras de menor tamaño, que según la explicación, constituían complejos habitacionales, para los foráneos que venían a comercializar sus creaciones, granos y animales. Me regañaron, para variar, que no debía andar sola ni por ahí. ¡Oh, que la canción! Po’s póngame un letrero ¡Chihuahua!

Me parece muy llamativo y particular que cada roca oscura está adornada con múltiples piedritas pequeñas ¡Qué paciencia! Subí la pirámide de la luna, más pequeña que la del sol y cargada de una potencia muy diferente, una tranquilidad, una paz que no podría explicarle. Me colé en una meditación guiada, y terminé muy relajada.

«Atetelco y Tetitla, eran conjuntos habitacionales de los antiguos teotihuacanos, cuyas pinturas murales representaban dioses, animales y actividades vinculadas con la guerra»

INAH

Obedeciendo las indicaciones sugeridas entré a apreciar los murales, son impresionantes y están muy bien conservados, con sus ligeros retoques. Si usted va en grupo con algún guía aprovechará al máximo su estadía, en cambio yo tuve que esperar a que terminasen sus explicaciones, porque se colocaban de tal modo, que no me permitían observar y mucho menos oír. ¡Ñe, que al cabo que ni quería! Decía Capulina.

Compré algunas artesanías y recuerditos, es mejor hacerlo con los locatarios de los puestecitos, porque los vendedores que andan con su mantel en medio de la zona arqueológica a veces no traen ni permiso (dan mordida) y triplican los precios.

Me quedó un área sin explorar, ya estaba alto el sol y no quise aventurarme sola, además ya hacía hambre apetito y mis tripas se devoraban las unas a las otras. Busqué una fondita desde donde pudiera ver el paso del camión de regreso a la Ciudad de México, me atendieron de maravilla, puse a cargar el celular mientras degustaba una exquisita comida corrida con su respectiva agua de Jamaica ¡A un súper precio!

De regreso, me quedé dormidota en el autobús, justo desperté momentos antes de llegar a la Central. De ahí al metro, al túnel de la ciencia, y de vuelta a la Casa Pepe.

P.D. A mí se me pasó, que a usted no se le pase: Hay un restaurante subterráneo en la misma Zona Arqueológica, único en su especie. ¡Nunca me acordé! Ni modo, tengo que ir de nuevo, ¿Cómo me lo voy a perder?

P.D.2 Sí planea ir a la Zona Arqueológica puede tomar un tour o hacerlo por su cuenta. Si también quiere conocer el pueblo y sus otros atractivos, será mejor que se hospede en alguno de sus varios hoteles, hostales o villas.

Cómo llegar

Costos

  • Entrada general: $75.00 mn
  • Gratis menores de 13, mayores de 60, jubilados, estudiantes y profesores con credencial vigente
  • Domingo entrada sin costo

Horarios

  • Pirámides: De Lunes a Viernes de 9:00 am a 5:00 pm
  • Museos: De Lunes a Viernes de 9:00 am a 4:30 pm
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Ciudad de México: Casa Pepe

*Relato Pre-Pandemia

Gracias a la generosidad de la Directora de la empresa para la que trabajo, he visitado la Ciudad de México en varias ocasiones: Vuelo, hotel, alimentos y capacitación van por su cuenta, así como la Posada y eventos de fin de año. Pequeños lujos que de otro modo, yo no podría solventar. En las primeras visitas sólo me quedaba los 2 ó 3 días que duraba la capacitación, posteriormente empecé a solicitar 1 ó 2 días de vacaciones, pa’ aprovechar la vuelta ¿edá? y ahí sí van los dineros de mi cochinito por delante.

¡Excelente Smithers!

Dado que voy sola, ésta última vez me atreví a reservar en línea en un hostal, del que leí buenas referencias; me importaba que fuera: Económico, limpio, cómodo y céntrico. Estuve viendo opciones y me decidí por Casa Pepe.

Al infinito y más allá

Ubicado a tan sólo 2 cuadras del zócalo, en pleno corazón de la ciudad, un hermoso y centenario edificio le da la bienvenida. Cuando llegué inmediatamente me registré y me pidieron esperar a que se desocupara el cuarto. Como escogí la modalidad de hostal (también hay habitaciones de hotel) estaban las literas llenas. Me sirvió ese tiempo para enviar unos correos al trabajo, desde una laptop que me prestaron ahí mismo, con su respectivo WiFi. Me empezaba a quedar dormida (por la desvelada de la posada) al momento que me llamaron por mi nombre y me mostraron el lugar donde dormiría.

Vista desde mi cama

Estem… había unos zapatos de hombre, mochila y otros enseres un poco desordenados, y yo:

-Oiga, ¿No es habitación de sólo mujeres?

-No, usted pidió en su formato habitación mixta

-¿Qué, cómo, cuá?

Po’s nada, que la regué cuando llené la reservación en la computadora. Casi me suelto a llorar, me van a divorciar. Pero, muy amable el joven que me atendió, al ver mi cara de espanto, corrigió la forma y me ubicó con las chicas. ¡Fiuuuu! ¡Chiclessssssssssssss!😓

Todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar

Le confieso que seguía un poco asustada y con mucha ansiedad, no había muchachas presentes a mi ingreso. A pesar que el cuarto era pequeño, el espacio estaba muy bien aprovechado, con 3 literas (6 camas), cada una con su cortina y caja de seguridad, un sanitario, un lavabo y una ducha. Un balconcito que daba a la calle me hizo sentir que andaba de mochilera en alguna ciudad europea, mejor aún: En pleno centro de México. Wiiiiiiii!!! ¡Se me va a salir el corazónnnnnnn!

Vista desde mi cuarto, su cuarto, nuestro cuarto

En recepción me vendieron un candadito para que guardara mis cosas en el locker, me dispuse a descansar un buen rato, pues aunque moría de ganas de caminar por los alrededores, la verdad, estaba muerta de cansancio, o sea, me iba a morir, pero ya estaba muerta, ¿Cómo ahí qué? ¡Ay, mis explicaciones!

Platicaba mi MamáGelo que conocía a una señora muy aseñorada, que prefería vestir elegante que comer, «A mí el hambre me tumba y el orgullo me levanta». Pobre mujer.

«A mí, el sueño me tumba y el hambre me levanta»

–Yomera, (es mi Filosofía de vida)

Sí Señor, muerta, morida y zombie, el hambre me levantó y pregunté si había algún lugar para comer cerca, «Pues vaya a la terraza señorita», nomás por que me dijo señorita y porque tengo harta hambre apetito, voy.

La terraza es un lugar muy agradable, decorado con un estilo «vintage», por las mañanas hay desayuno buffet incluido en el precio del hospedaje, por las tardes puedes ordenar a la carta y al caer el sol hay actividades como karaoke, noches retro, étc. Excelente para apreciar el amanecer, excepcional para contemplar el atardecer.

Ya más repuestita, atiné a caminar en las manzanas aledañas, para reconocer terreno, tomar fotos, babear hasta el cansancio, tomar fotos, pellizcarme corroborando que no estuviera soñando, tomar más fotos.

¿Daban a luz en la calle? 🤔

Lo padrísimo de la negocia llegó en la noche: En el Zócalo tomé el turibús nocturno, el de las Leyendas, recorrimos varios sitios históricos, hubo representación dentro del turibús y en algunas locaciones. ¿A quién cree que me encontré amable lector? ¡Al mismísimo Hernán Cortés, a quien le había tomado una foto un año antes en el cruce de Bellas Artes para el Palacio de Correos! Terminé el recorrido, caminé 2 cuadras y a la camita (a la literita, pues).

Compartí espacio con una chica alemana, otra francesa, creo una argentina y una estadounidense. No crucé palabras con ellas, no eran muy platicadoras que digamos, una se la pasó dos tardes y parte de la noche escuchando música en su celular, que oíamos todas las presentes. Todo estuvo tranqui, excepto que me asignaron una toalla y tuve a mal dejarla tendida en el baño, salí a turistear y cuando regresé, la toalla había desaparecido. Como no quería que me la cobraran y tampoco quise acusar a nadie, al día siguiente tomé una toalla que estaba ahí mismo y la guardé «en mi litera». ¡Muy mal de mi parte! Pero ni modo. Al hostal que fueres haz lo que vieres. ¿O cómo era?

Casa Pepe ofrece además, tours, talleres, pláticas y un montón de opciones para sus huéspedes, quienes consultan horarios en la pizarra de la sala común. O puede simplemente, sentarse a leer, navegar un rato en internet o charlar con el resto de turistas. Escuchando conversaciones ajenas, llamó mi atención que algunas personas trabajaban ahí a cambio del hospedaje, ¡Qué buena onda!

¿Qué vamos a hacer hoy, Cerebro?

Al final del día, la pasé muy bien, me llené de energía y disfruté mi propia compañía.

P.D. Fue una experiencia diferente y muy estimulante en todos los sentidos.

Cómo llegar

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Ciudad de México: Bellas Artes Interior

La noche anterior pregunté al joven de los boletos para el Concierto de Cámara si ofrecían visitas guiadas al interior de Bellas Artes, resultó que sí, sólo tenía que llegar temprano, anotarme y volver más tarde (a las 12:00 pm) para tomar el recorrido, ¿En serio? ¿Todos estos años esperando conocerte y así era la negocia? Algo que no había tomado en cuenta era que las visitas se hacen entre semana, normalmente voy en sábado o domingo, ¡Hasta que la buena suerte me sonreía!

♫Parece que va a llover, el cielo se está nublando♪

A las 9:00 am ya estaba muy registrada y lista, me fuí a vagar sin rumbo disfrutar de los alrededores y a hacer tiempo, puesto que el recorrido iniciaba hasta las 12:00 pm. Pues que regreso muy quiuboles qué y ¡ande no! llenísimo, filas y filas, de escolares, de agencias de turismo, del gobierno, ¿Otra vez como con Frida? ¡Otra vez como con Frida!

♫Parece que no llovió, el cielo está despejado♪

Como ésta vez fuí de las primeras en anotarme, fuí de las segundas en pasar, aquí como en otros lugares les dan prioridad a los niños y adolescentes que vienen de escuelas y colegios, lo cual me parece muy bien, ¡qué padrísimo que te lleven a los Museos, la Catedral o al Teatro! Bueno, ya, gafete al frente, fotos sin flash, no se separe del grupo (¿Me hablan a mí? cof, cof)

Lápida encontrada en las excavaciones, perteneciente a una religiosa del Convento de Santa Isabel

Resulta, que allá en el siglo XVII estos terrenos estaban ocupados por el Convento de Santa Isabel, antes fue un Tianguis y después locales comerciales, viviendas y Teatro. En 1904 inician los trabajos de construcción del Palacio, habiendo demolido todas las estructuras previas, en aras de los festejos del Centenario de la Independencia de México. Se eligió al Maestro Italiano Adamo Boari para la realización de esta magna obra. El esqueleto metálico se mandó traer de Estados Unidos, en tanto el mármol provenía del Estado de México, de Guerrero y de Carrara, Italia.

Maqueta original del Palacio de Bellas Artes

El escultor húngaro Géza Maróti, sería el encargado de crear la cúpula de la Sala Principal, con vidrios emplomados y bastidores de hierro representando a Apolo y las nueve musas en el Olimpo. Por otra parte, el Catalán Agustí Querol Subirats daría vida a los cuatro pegasos que se localizan al exterior.

En 1910, al estallar la Revolución Mexicana, la edificación se detuvo, retomándola y abandonándola en diferentes ocasiones, hasta que por fín el 29 de septiembre de 1934 el Palacio fue inaugurado por obra del arquitecto Federico Mariscal, discípulo de Boari, con la obra de Teatro: La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón. Dicha noche asistieron personalidades del ambiente artístico y político de México, tales como Dolores del Río (con esta pregunta me gané un premio en los datos curiosos), Ramón Novarro, Frida Kahlo, Diego Rivera, étc.

Pasamos ordenadamente a la Sala Principal para poder disfrutar en pleno del telón de cristal cuyo paisaje muestra el Valle de México con sus volcanes nevados y la flora de Norte a Sur del país. ¡Hermoso, único, espectacular! El telón está formado por casi un millón de cristales de la Casa Tiffany, con un peso de 22 Ton. y una altura de 12.5 m, fue traído desde Nueva York, no se dobla, ni se enrolla, sino que baja y sube mediante un mecanismo de poleas que no hace ruido alguno al accionarse. ¡Qué belleza! No sabía ni para donde mirar. ¡Otro sueño hecho realidad!

Entre datos históricos y anécdotas histéricas, el guía nos hizo reír, recordar y soñar. Nos mostró los camerinos, la utilería (ya me andaba comiendo los canapés de a mentis), estuvimos tras bambalinas, ¡Hasta pisamos el escenario! ¡Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! Sentí una descarga eléctrica y no señor, no estaban los cables pelones, nou, nou, nou, ¡Hay energía pura en ese lugar! ¡¿Cuántas personas han actuado, bailado, cantado, recitado aquí?! ¡Imagínese concentrar todas esas emociones, talentos y presentaciones!😍😍😍 Yo estaba realmente maravillada ¡No podía creer que estuviera parada ahí!

Para finalizar salimos a la terraza, desde donde disfrutamos una bonita vista de los alrededores. Había una señora con sus dos hijos adolescentes, quienes estaban muertos de aburrimiento, ya querían salir de ahí para ir a comer a La Ópera, o a Sanborns, pero digo yo, si no querían ir ¿Para que tomaron el tour?

Con el guía que amablemente nos dió el recorrido

Cómo llegar:

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Ciudad de México: Bellas Artes Nocturno

Aprovechando que no era tan noche y que me había hospedado en el Centro, continué mi caminata nocturna. El Barrio Chino está prácticamente frente a Bellas Artes, así que pasé a saludar a mi amor plátonico. Lucía espectacular, nunca lo había observado de noche, con esas luces neón y anuncios en pantallas electrónicas, moderno y conservador, eclético cómo sólo él puede ser.

Siempre tomo ésta foto

Observé que numerosas personas ataviadas elegantemente entraban al recinto, me acerqué con timidez a preguntar que evento había:

-"Concierto de Cámara" 
-oiga ¿y cuánto cuesta?
-60 pesos
-¿Todavía tiene cupo?
-Quedan 5 lugares
-¡Pa' luego es tarde! Deme 1 boleto

He de confesar, que mi motivación real era entrar a ver el escenario, -como lo comenté en el Post de Bellas Artes-, no conocía a los que iban a presentarse, ni sabía el estilo de música que iban a tocar, nada, ahí voy toda emocionada y mal vestida (de tenis y sudadera), no me importa, yo entro.

Listo para la pachanga

No obstante, había un pequeño detalle que yo no tomé en cuenta: «Concierto de Cámara« dijo, «Cámara», ahm… el recital era en la Sala Manuel M. Ponce, un pequeño e íntimo espacio para disfrutar la polifonía de cerca. Muy de cerca. Ahí y no en el escenario principal. Sighhhh… ¡Chicleeees!

Orquesta de Cámara de Bellas Artes

Aquella noche se presentaba el Maestro John Urness en la trompeta, bajo la dirección de José Luis Castillo con la Orquesta de Cámara de Bellas Artes presentando «Los Sonidos del Viento». No, no, no, ¿qué le puedo decir? la música maravillosa, el ambiente relajado, había niños, jóvenes, ancianos, todos dispuestos a escuchar, sentir y vibrar con la magnífica ejecución de cada uno de sus integrantes. Nadie hablaba, los celulares apagados, nadie gritaba, se podía oír el respirar del Director justo antes de cada pieza.

El techo exterior de Bellas Artes

Todo muy bien, yo estaba muy contenta, pero mi cansancio me traicionó, siempre termino agotada de la desmañanada, desvelada y nervios en la capacitación, ándele, ya se la sabe, me quedé dormida. ¡Qué vergüenza! Ahí cabeceando, cae que no cae. Esto ya se me está haciendo costumbre. ¡Ande no!

Dos órdenes con su jamaica plis!

Terminó el recital, me despedí de mi amorts y me juí toda a la carrera al hotel, todavía tuve el cínismo, el descaro y la desvergüenza de cenarme unos tacos antes de irme a reposar a mis aposentos.

P.D. Entre los tacos y el miedo de dormir sola, se me fue el sueño, ya regresó como a la 1:00 a.m. ¡Ay!

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Ciudad de México: Barrio Chino

Salí a dar un breve paseo nocturno por las calles aledañas al Hotel donde me hospedaba, sin querer terminé en el Barrio Chino. La verdad, imaginaba que era más grande, de hecho traté de no entretenerme mucho para alcanzar a verlo todo. Son apenas 2 manzanas ubicadas en el Centro Histórico, muy cerca de Bellas Artes.

Paifang: Puerta de la arquitectura tradicional china, Corredor Dolores, Barrio de la Luz

El Barrio Chino se fundó en los años sesenta, a iniciativa de inmigrantes asiáticos (chinos, filipinos, coreanos, indonesios), asentados en varias ciudades del Norte, quienes optaron por refugiarse en el Centro debido a la persecución racista que sufrieron, lamentablemente Torreón tuvo participación en ese vergonzoso capítulo de la Historia. 😢

Hay varias tiendas de artículos y curiosidades, restaurantes, electrónicos, y chucherías de a montón. A la vez existen unas pocas casas, no me quedó claro si están habitadas o si se usan como bodegas, lo que sí, es que se respira un ambiente diferente del resto del Centro, una extraña combinación de sosiego oriental y algarabía chilanga.

En alguna ocasión había visto fotos de las calles cubiertas con sombrillas y pensé que sería muy lindo verlas personalmente, entonces al dar vuelta a la calle, ahí estaban, junto a los farolitos decorando bellamente el cielo nocturno ✅

Imagino que cuando se festeja el Año Nuevo Chino el lugar debe estar abarrotado, y que padrísimo poder participar en esas romerías, más ésta era una tranquila noche preinvernal, así que sólo caminé disfrutando los sonidos, los aromas, los sabores y los colores. Esperando algún día poder participar en tales festejos. 🤞

Ideograma Chino tradicional Ciudad de México

P.D. NO a la Sinofobia

Cómo llegar

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Ciudad de México: Museo Frida Kahlo

Identifíquese: Frida Kahlo y otra

Tenía un par de horas libres antes de entrar a capacitación, por lo que decidí dejarme ir hasta Coyoacán, a la casita de Frida Kahlo y su Diego Rivera. Y no es que sea muy admiradora de su obra, la verdad, si no que tenía cierta curiosidad por conocer el lugar donde vivió ésta pareja-dispareja… no sé, sentirles en la intimidad de su hogar.

¡Has vuelto a casa Frida!

Tomé el metro y (según yo) bajé en la estación más cercana al Museo Frida Kahlo, me destantié un poco, pregunté varias veces cómo llegar, todo el mundo muy amable aunque me enviaban por distinto rumbo, tardé un poco para dar con la calle Londres, ya ni busqué el número 247, la esquina azul y la hilera de gente esperando entrar me confirmaron que había llegado.

♪Yes, they did it theeeeeeeeeir waaaaaaay♫

Para ingresar hay 3 filas muy bien demarcadas: Visitas escolares (prioridad), boletos comprados ahí y boletos comprados por internet (más económicos, impresos o en electrónico, más rápidez en el acceso). Como yo no estaba muy segura de mi hora de llegada no me animé a adquirir el ticket en línea, luego me arrepentí ¡Chiiiiclesssss! A pesar de llegar temprano (45 min. antes de la apertura) ya había mucha gente formada y todavía llegó máaaaaas, entre escuelas y boletos electrónicos apenas alcancé el turno.

♫Detrás de mi ventana♪

Dejas tus pertenencias en paquetería y te dispones a sumergirte en un espacio ajeno al tiempo, al bullicio y a la falsa sociedad. Caminar por sus pasillos, tocar sus paredes, escuchar a los objetos hablar de sus dueños, imaginar como pintaban, como creaban… sus comidas, su vestimenta, sus libros… sus pláticas, sus risas, su tormentosa relación…

♪Y sentirme mujer porque lavo los trastos♫

En está residencia nació y murió Frida Kahlo, a pesar de que durante su matrimonio con Diego cambió varias veces de residencia, siempre volvía a la casa paterna. Su esencia se percibe en todo el recinto. La cocina está decorada con vasijas de barro de diferentes tamaños, en tanto los trasteros y el comedor son de madera, con un horno empotrado en la pared haciéndote sentir en un típico pueblo mexicano. En el patio se localizan varias esculturas prehispánicas que el matrimonio fue adquiriendo a lo largo de los años. La caída del agua en la fuente te relaja y te hace olvidar las prisas del mundo.

*suspiro*

Me fascinó observar los caballetes y los tarros de pintura en el taller donde trabajaban, había una silla de ruedas para Frida y algunas vitrinas con numerosos libros y adornos. Más adelante están 2 recámaras que fueron usadas por Frida, entiendo que durante su convalecencia a raíz del accidente de tránsito donde se dañó la columna; en el techo de la 1° cama hay un cuadro de mariposas, ¡qué increíble despertar y lo primero que vean tus ojos sean esas hermosas figuras! En la siguiente habitación se encuentra otra cama con dosel y un espejo empotrado en el techo, gracias al cual logró autoretratarse en numerosas obras.

«Me acogiste destrozada y me devolviste íntegra»

Es aquí dónde experimenté algo muy extraño: Me entraron una angustia y unas ganas de llorar enormes, como si en ese cuarto se concentrara mucho sufrimiento acumulado. Tuve que salir y sentarme en el patio porque sentí que no me alcanzaba el aire y tenía el corazón apachurrado.

No tengo nada que ponerme

Descansé por un buen rato, oyendo las aves cantar y admirando a los turistas tomarse selfies, bien felizotes todos ellos. Una llamada del trabajo me devolvió a la realidad, entonces me dí prisa para ver la colección de vestidos de Frida y tomarme la foto del recuerdo.

Ese Diego es un descarado

P.D. El Museo abrió sus puertas al público en 1958, cuatro años después del deceso de la pintora. No obstante, Diego dió instrucciones a Dolores Olmedo, artista amiga del matrimonio, para que pasados casi 50 años develara un enorme acervo con fotografías, dibujos, documentos, vestidos y objetos personales de Frida Kahlo.

Museo Frida Kahlo
Londres 247, Col. Del Carmen
Del. Coyoacán, Ciudad de México
C.P. 04100

Horarios
Martes: 10:00 a 17:45
Miércoles: 11:00 a 17:45
Jueves a Domingo: 10:00 a 17:45

Costo
Extranjeros/ Martes a viernes $250.00 fines de semana $270.00
Nacionales/ Martes a viernes $110.00 fines de semana $130.00
Estudiantes y Profesores $50.00
Niños y Adultos Mayores $25.00

Cómo llegar