Publicado en Ciudad de México, Mexicana en México

Ciudad de México: Museo del Juguete Antiguo

Tenía muchas ganas de conocer el Museo del Juguete Antiguo, desde hace varios años que ví algunos vídeos en Youtube. Hasta que se me hizo Manuelito, me lancé caminando desde el Hotel, en parte también, para disfrutar las calles de la Ciudad de México. ♫Camino por Narvarte, Polanco y Coyoacán♪

De hecho, me abstuve mucho tiempo, pues quería llevar a MiBeba a conocer los juguetes de mi infancia, sin embargo, luego reflexioné que eran precisamente de MI infancia, y no la de ella, que igual le parecerían aburridos, o se cansaría. Bueeee… terminé yendo sola.

En los alrededores, existen numerosos murales intervenidos con ilustraciones alusivas al Museo, te van poniendo «en ambiente». El edificio es un conjunto habitacional, adaptado totalmente al Museo, lo cual ignoraba por completo, no tenía idea de lo grande que era el lugar… había calculado estar unas 2 horas, ¡Terminé el recorrido en 4 horas! ¡Chiiiiiiicleeeeees!

Cuando llegas, la entrada te da un aire de edificio abandonado, la veldá, entre los grafittis y las calcomanías, me estaba desanimando un poco, subí las escaleras y timbré, unos minutos después abrieron la puerta y me recibieron.

Aquí me invadió una ola de sentimientos encontrados, estaba muy emocionada, ¡Finalmente conocería el MUJAM! pero… ¡Hay demasiados juguetes! A mi parecer, están muy amontonados en ciertas secciones, empecé a sentir un poco de ansiedad. Hay unas simpáticas botitas esparcidas por el suelo, van indicando el orden del trayecto.

El arquitecto Roberto Shimizu inicia la colección de juguetes en su tierna infancia, la que ha ido incrementando gracias a sus viajes y a donaciones particulares. Nos topamos esencialmente con juguetes mexicanos desde los años 30’s hasta los 90’s, y varios cachivaches y muñecas de Japón, China, Alemania, USA y contando. El Museo cuenta también con objetos cotidianos, como radios, televisores, comics, llaveros🤤, étc, que le llevan prácticamente a viajar en el tiempo… a su niñez.

El recinto consta de 9 salas, distribuidas en 4 pisos, terraza y sótano. Existen innumerables vitrinas a tope, rockolas, lentes, estantes, y un sin fin de maneras de exhibir tan extensa colección. Los temas varían desde las Barbies, la Lucha Libre, King Kong, muñecas Lily Ledi, carritos, robots, lo que se le ocurra. Es un Museo totalmente fuera de lo común.

Cada espacio está decorado con arte urbano, calcomanías, dibujos, donde lo que predomina es la creatividad ¡Hasta un Silver Surfer me encontré en las escaleras! No, no, no haya uno para donde voltear. Está muy padre, no obstante, hubo un momento en que me agobié. No supe si fue por que había muchísisisisimo que ver, porque no había comido, por la altura de la ciudad o porque había una vibra algo densa en ciertos rincones. No atino a quien atribuir esa sensación, si a los juguetes (y sus antiguos dueños) o a las habitaciones (y sus antiguos moradores). No me haga mucho caso.

Me sentí un poco triste porque, por más que busqué, no encontré alguna Bárbara y Lily, muñeca mexicana de la marca Lily Ledy que semejaba la Barbie de Mattel, casi que era mi principal motivo al asistir. Por lo que me pude dar cuenta, tienen otros muchos juguetes que van rolando en exhibición ¡Es un mundo! Por otra parte, algunos de los objetos los reconocí, los recordé y reviví memorias de antaño. En mish tiemposh.

En el tiempo que permanecí ahí, llegó una familia rusa primero y una japonesa después. Llegaron, vieron y se fueron, y yo seguía. La niñita rusa tiró accidentalmente un letrero, que hizo mucho escándalo, volteé a verla para cerciorarme de que estuviera bien, y la pequeña empezó a darme explicaciones y yo: Sí, sí, no te apures, no pasa nada, ¡Ajá! ¡Ay! Ya hace hambrita.

Cuando sales al patio central hay una máscara gigantesca de un negro con unas manotas agarrando unas maracas, se encuentra «vomitando» juguetes, es muy impresionante. Me sorprendí mucho al verla, me dio algo de miedo y no supe, ni entendí, el porqué estaba ahí. Hasta ahora, revisando las fotos con MiEspo, me dice: Investiga lo que dice el letrero «Carlos Colorado». Resulta que fue el fundador de la Sonora Santanera, quienes tocaban en el Salón Colonia, donde estaba la máscara, en cuya boca colocaban el piano de la Sonora. ¿Quiobo?

P.D. Saliendo de ahí me fui por una torta, más no de jamón. Pero esa, es otra historia.

Cómo llegar

Dirección

Dr. Olvera No. 15, Col. Doctores, Del. Cuauhtémoc, Ciudad de México CP 06720

Horario

Lunes a Viernes9 am a 6 pm
Sábado9 am a 4 pm
Domingo10 am a 4 pm

Costos

$75 Entrada general
$50 Promoción (Estudiantes y 3a. edad)
$10 Estacionamiento

Autor:

Varias ideas rondan mi mente, muchas palabras quieren salir, pocas personas que quieran oir lo que en ocasiones me es dificil decir

2 comentarios sobre “Ciudad de México: Museo del Juguete Antiguo

  1. Hola Oli, si sentiste una vibra extraña por algo será … a mi me pasa en los hospitales pero claro, ahí es mucho más entendible lo de «la vibra extraña».

    Hay una conexión muy fuerte entre los niños y sus juguetes, por eso el éxito de Toy Story (y de Anabelle) es pura nostalgia.

    ¡Saludos!

    p.d. ¿Había camiones Tonka? esos eran indestructibles.

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    1. Sí sentí una vibra densa, en ciertos momentos imaginaba como eran las personas que vivían ahí, familias con niños, alguna pareja de ancianos que batallaban para subir las escaleras, algún señor solo…
      Es difícil de explicar, pero cerraba los ojos y esas escenas venían a mi mente, como en película… como si los grafitis y las calcomanías no acabaran de cubrir la esencia del edificio… o algo pasó ahí… o ya imagino demás…
      Pero al mismo tiempo, es muy emocionante ver los juguetes antiguos, objetos de uso cotidiano, lo que alguna vez usaron nuestros papás, lo diferente de los juguetes extranjeros, fue en general, una experiencia MUY diferente de cualquier otro museo.
      Muchas gracias por comentar Francisco, ¡Un abrazo grande!

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