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Traumas de mi Adolescencia II

El Trauma de Mujer Soltera Busca

Había un muchacho que me gustaba mucho, M-U-C-H-O, todo lo mucho que puede gustarte alguien cuando estás en secundaria (*Nota mental: Recordar borrar esta entrada cuando haya contestado los comentarios -si es que hubiere alguno- y antes de que a Mija se le ocurra venir a leer lo que escribió su azulada madre). Y yo le gustaba a él. ¡Oh, sí!

Pasó un ciclo escolar y el muchacho no se decidía a hacerme la pregunta de la andancia. Sí esa de ¿Quieres andar conmigo? ¡Chicles!

primeramor

Entró al colegio una chica nueva. De piel morena clara, cabello lacio y oscuro, baja de estatura, delgada, bonita, inteligente, amiguera, platicadora. De entrada a mí me cayó bien. Pero yo a ella no. Hizo una fiesta a los pocos días de ingresar al colegio, a la cual -por supuesto-yo no fui requerida. A raíz de esa fiesta noté que las compañeras se distanciaban un poco de mí. ¡Bueh! ¿Qué se le va a hacer? Uno es tan firme y fuerte en la secundaria como una roca. ¡Ajá!

Decían que nos parecíamos, a mi no me parecía el parecido. Siempre tuve muy claro que ella era mucho más linda y fina que mua. Pues bueno. Sucedió entonces que me enteré que a chica-nueva le gustaba mucho, M-U-C-H-O, el muchacho-mucho… MI muchacho-mucho. Todo el salón (algunos profesores y madres también) lo sabía, sabían que nos gustábamos (y mucho)… ahí sí pegué el brinco.

¿Qué cómo de qué quiobules qué qué? Chica-nueva se acercaba a muchacho-mucho a invitarle unas sodas, a pedirle apuntes, a chulearle el walkman ¡atrevida!… y ahorita que me estoy acordando, también iba sobre mis amigas, lisonjeando a G (de la que hablé en el post anterior) y mareando a M (mi otra mejor amiga), haciéndoles regalitos, ja-ja-ji-ji por los pasillos… no, de veras no nos parecíamos, porque yo no tenía el recurso económico de ella, ni su coqueto lunar junto a la boca… y si ya está usted entonando el Cielito Lindo me voy a empezar a enojarsh.

Un día, como cualquier otro, nos pusieron, no sé porqué, a concursar en el pizarrón en una clase de Matemáticas. Yo, presumida por naturaleza, dije: aquí va la mía. Y por andar de tontarrona, me ganó. ¡Strike One! Entonces, pensé, esta chava es de armas tomar, es muy inteligente, andaré con cuidado.

Sufría yo. Como condenada. ¡Ay de mí! Yo tanto que lo quería, él tanto que me gustaba y no me hacía caso, le sonreía a ella, ella le tocaba el hombro, él se dejaba querer… ¡awwww! ¡Sírvame otra limonada doble!

Luego, me la encontré llorando. Mi síndrome de «llora-que-te consuelo» me obligó a acercarme a ella. Me contó algo muy personal, que a nadie jamás conté. Eso me hizo sentir empatía. Nos empezamos a tratar y recuerdo bien que me dijo (volteándome la tortilla) que las muchachas del salón le habían dicho cosas muy malas de mí, que yo era muy envidiosa y chismosa, etc, etc, etc. Que por eso ella no quería hablar conmigo, pero que se daba cuenta que estaba equivocada, que en realidad era buena onda (y yo dejándome endulzar el oído) y que podríamos ser amigas.

¡Sí! ¿Pero mi hombre ejem, muchacho-mucho?

Bueno, tú sabes que me gusta mucho, pero no quiero interferir entre ustedes.– ¡Oh, pero que retebuenaonda es esta niña!

Días después (que en lenguaje post-infantil equivale a meses), la chica-nueva me contaba que ahora le gustaba otro chico-ex-de-mí.

Y ándate que empezamos «a andar» el muchacho-mucho y yo. Enamorados, emocionados, adolescentados y atarantados. [Inserte aquí un suspiro].

Ese mismo día, chica-nueva se hizo novia del chico-ex-de-mí. ¿O.o?

Que me va invitando a su casa. Eran los días previos a la Navidad. Voy toda nerviosa, miPapáA tuvo que llevarme hasta su hogar, que quedaba muy retirado de donde yo vivía. Toco la puerta, sale su mamá, me hace pasar a la sala, y me pregunta: (esta típica pregunta que cuando me la hacen se me retuercen las entrañas)

-Así que ¿Tú eres la FAMOSA Azul Celeste que tanto ha hecho sufrir a mi niñita? ¡Strike Two!
-¿Yo?-¿yo o sea yo?
-¡Sí tú!¡No te hagas la mosca muerta!- ¡En la mad… otra vez el insecto sin vida!
-¡Mamá!- Intervino chica-nueva
-¡Ay bueno!¡Estaba bromeando!¡Es que mi niña me cuenta TODO! Lo bueno es que ahora ya son amigas.

¡ZAZ!¿Se imagina usted como me sentía? ¡Una adulta reclamándome en su casa que quedaba en el más allá del infinito y yo sin una moneda pa agarrar un camión y largarme a mi casita! Fue la tarde más larga de mi vida, comimos, jugué con su hermanito menor, fuimos a por los regalos de Navida’ y allá a las cansadas me recogió mi apá.

Aquí no acabo la cosa. Despuesito me enteré que muchacho-mucho quería andar con chica-nueva y conmigo al mismo tiempo. ¡A volarsh! Y lo que era obvio para todos menos para mí, que chica-nueva seguía enamorada de muchacho-mucho y solo andaba con el chico-ex-de-mí para que yo me tragara el cuento de su amistad y desinterés en muchacho-mucho.

Años después, paseaba cerca del colegio (ya casada y con Mija) cuando me topé con la Directora.

-¡Hola! ¿Cómo está mi Chica-nuevita? ¡Strike Three!

P.D. Tal vez, en el fondo, sí nos parecíamos…

Autor:

Varias ideas rondan mi mente, muchas palabras quieren salir, pocas personas que quieran oir lo que en ocasiones me es dificil decir

17 comentarios sobre “Traumas de mi Adolescencia II

  1. Mujer me encantan tus post de los traumas de la adolescencia. Estoy enganchada, lástima que tenga que dejar la compu ahora mismo, si no me quedó el día entero leyendo todos los post. A ver si en lo que tenga un respiro (tengo a mi hermano de visita y la agenda llena de programas) la próxima semana, me sigo poniendo al corriente 🙂

    Qué bueno que me dejaste un comentario en lo último que posteé porque así puede pasar a conocer tu blog más allá de carnavales blogueriles y esos rollos.

    Un abrazo desde Budapest

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    1. ¡Que bella que eres!
      Recién comentaba con MiEspo, quien por cierto leyó tu post del feminismo y la amistad, que te conocía «de vista», ya hemos coincidido en otros blogs que ambas seguimos, y que a raíz de este post ya te estaba siguiendo también.
      Me parece toda una aventura la que estás viviendo y que maravilloso que compartas con el resto del mundo lo que pasa por allá.
      Abrazo recibido y reenviado con mucho gusto. 🙂

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  2. jajajaja Timbiriche!!! se nota que en Lima había un canal que pasaba puro Televisa y que la televisión fue mi mejor amiga durante mucho tiempo! Ay, cómo sufrimos en la adolescencia, siempre hay una futura mala mujer interesada en quien creemos será el padre de nuestros hijos. Al menos a ti no te tocó la «mejor» amiga que te quitó el novio o sí? A mí no exactamente, pero algo parecido. Ya te contaré. Besitos.

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    1. Nou, nou, nou. Pero la Chica Nueva sí se hizo pasar por mejor amiga, aunque como yo tenía varias mejores amigas sí discerní la diferencia.
      ¿Pa que me sirvió? Pa’nada, terminé sin muchacho-mucho y él terminó sin mí y sin chica-nueva 😦
      Ps como decía Lucerito: Cu-Cu-Cuéntame 😛

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      1. Pues el entonces exnovio en cuestión vino a decirme que era verdad que se había enamorado de ella, pero que ya no más, que había estado confundido, que me había vuelto a querer a mí, que quería estar conmigo de nuevo y… me desperté y solo era un sueño!!!! ayyyy todavía me acuerdo y pienso «pobrecita de mí!» pero ya riéndome, porque ay la adolescencia, tiempos que, afortunadamente, no volverán jajaja 🙂

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