Ya voy a dejar de machacar con éste Festival -seguiré machacando con los otros dos-. Sólo déjeme platicarle que para la clausura vinieron Jesusa Rodríguez, Liliana Felipe, Mardonio Carballo, Hernán del Riego y mi muy admirado Damián Alcázar, presentándonos El Cabaret Lagunero.
¿De que iba el cabaret? Basándose en las letras de Alfredo López Austin contenidas en el libro «Una vieja historia de la mierda», este grupo de artistas montó una farsa encabezada por la Malinche, quien platicaba con Mardonio, de la situación actual-pasada-futura del país. Ella tenía la encomienda de informarle al gran Tonantzin cómo se encontraban sus súbditos, que planeaban, que pensaban, étc. Punto y aparte: Una delicia escuchar los poemas en lengua náhuatl en la voz de Mardonio.
En eso estaban cuando llega la Reina de España en su Carabela (literal, entró en moto al escenario), para reclamar éstas tierras, llevarse los tesoros y cobrar el tributo. Al tiempo, Leticia entonaba canciones chuscas originarias de pueblos indígenas. Mientras Damián nos platicaba sobre ciertas costumbres de nuestra gente y se divertía tanto o más que el público.
Desde la casita blanca hasta los hermanos gobernadores, pasando por el Presidente de la Nación, el Gobernador del Banco de México, Ayotzinapa, Tlatelolco, la falta de cultura y el exceso de televisión… para todos hubo comentario y reflexión… pura mier…popis.
Entre dimes y diretes, crítica política y social, el Cabaret nos transportó en el tiempo a aquellas carpas donde el pueblo se congregaba a reír con los comediantes y a abuchear a los políticos. La palabra como herramienta, como arma de doble filo, como parte de nuestro ser humano, liberadora y tantas, tantas veces censurada.
Los Cardencheros de Sapioriz tuvieron una participación especial, interpretando dos canciones con su peculiar estilo. ¡Hasta que se me hizo conocerlos! Lo padre fue que Damián comentó el apoyo y difusión -de la que él es partícipe- que se les está dando, tanto en películas, como en presentaciones en otras partes del país, ¡Muy bien por ambos!
Mija, MiMamáO y yo carcajeamos hasta las lágrimas, me espanté de que Mija entendiera la mayoría de los chistes, cuando hace apenas dos años me miraba como pidiendo permiso para reír. Así es, la chamaca va creciendo. Y mucho.
Estábamos tan entretenidos, cuando de pronto: ¡Fuegos artificiales! ¡WOW! Rápidamente saco mi cámara, le pongo en modo nocturno con velocidad baja y a tomar fotos ¡Wiiiiii! Lástima que MiBeba no estaba presente, con lo que le gustan los colores.
Oiga, pues que ví a Damián ¿Edá? Entonces me dije a mi misma: Mimisma, debo obtener un autógrafo de Damián, a ver como, pero yo tengo que obtenerlo. Al termino del evento, me acerqué a la tarima, ya había mucha gente tomándose selfies con él (ellos en el piso, Damián en el escenario), a pesar de mi corta estatura Damián me alcanzó a ver, tomó mi libretita de colores y me preguntó mi nombre, yo aproveché para tocar su mano, él sólo sonrió con sus ojitos tiernos (tiene una mirada tan limpia, como de niño), bien sencillo, accedió a saludar, autografiar y fotografiar. Le tomé montón de fotos. Emocionada, feliz, entusiasta quedé. Las personas se amontonaban, varias me pidieron una hoja de mi libreta para sus autógrafos, claro que se las regalé.
Aún no se retiraba Mardonio, fuí, lo felicité y también me regaló un saludo. Otra persona de suma sencillez y cálida presencia. A Jesusa y los demás ya no los alcancé, se fueron casi de inmediato tras bambalinas, ahí ya no permitían el pase, más que a la prensa. Cuando llegué a casa, que me pongo a revisar las fotografías…

¡Ay de mí! Con la emoción y la prisa, nunca me acordé de quitar el modo nocturno. ¡Snif, snif, sniiiiiifffffshhhhh!

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