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Foto-Rol: Alianza y Casa del Cerro

El pasado domingo se realizó el 1° Foto-Rol de éste año, gracias a la iniciativa de @MiguelEspino y a la participación de varios fotógrafos laguneros.

Estaba indecisa en participar, por una parte me encanta tomar fotos y por otra, me habían recomendado reposo, re-po-so, no repaso, de la cama al baño y a la visconversa. Luego pensé, si no me animo hoy, ¿Cuándo? Porque a la Alianza puedo ir cualquier día, pero pa’ sacar la cámara me da un miedo que parecen dos, mejor que nos asalten en bola a que me asalten sola. Verso sin esfuerzo.

En fín, llegué tardísimo, el punto de reunión era el estacionamiento de la Casa del Cerro, de dónde partimos al puente peatonal, rumbo al Mercado Alianza.

Estimulante en todos los sentidos, el mercado ofrece colores, olores, sabores, sonidos, texturas y sensaciones únicas. Lo antiguo mezclado con lo moderno, locales de tradición exhibiendo la frescura para el paladar, la gente te saluda, sonríe, las voces en grito, los precios de oferta, muñecos de colección, fierros oxidados, luz, sombra, una gatita…¡Qué maravilla!

Caminas y caminas y parece un laberinto, mercaderes y marchantes en el estira y afloja y de pronto, silencio, soledad en un pasillo, el tiempo se detiene y nos topamos con la placa alusiva a la vivienda de Don Andrés Eppen. No recuerdo si @CarlosCastañon lo había mencionado, seguramente sí, en alguno de sus recorridos, nomás que a mí ya se me olvidan las cosas, a nuestra edad, amiga.

Le decía a Miguel, que admiro su facilidad de palabra y que a donde va, parece que conociera a todo mundo, se maneja con una facilidad bárbara ante extraños, no tiene miedo de disparar primero y pedir permiso después, yo por el contrario, aún tengo mucha pena en fotografiar personas, creo que se van a molestar. Así las cosas, iba yo en chicles mode, adherida a él, espero no haberlo agobiado, jsjsjs!

Pasamos a los fierreros y a la Antigua Harinera, mientras el grupo entró al edificio, yo me desprendí distraje con los graffitis y me fuí a asomar a la Harinera, Artes & Oficios, claro, estaba cerrada, pero las ventanas son amplias y yo quería cruzar por ese puente, no le aunque.

Nos reunimos nuevamente y nos dirigimos a la Casa del Cerro, lo recorrimos por dentro y por fuera, aún está la restricción de no tomar fotografías en las habitaciones, y, pues bueno, ya tengo muchas de visitas anteriores, pero me choca que me prohíban tomar fotos, aún si no uso flash.

La Casa del Cerro siempre me sorprende, nos comentaron los guías que muchos de los muebles se les otorgan en préstamo, firmando una carta de responsabilidad y cuidado, ¡Ah, esa no me la sabía! con razón siento que algunos muebles no los había visto, eso, o me los cambian de lugarts, oigaaaa. En los últimos recorridos nos han contado historias de aparecidos y espantos, que si la niña, que si el niño, que si, que no, ahí voy a asomarme al hueco en la cava ¡AY! Gracias a Dios, no me ha tocado ver nada, esperemos así siga. ¡Chiiiiiiiiclesssss!

Para cerrar con broche de oro fuimos a disfrutar de las 2 exposiciones que había en ese momento: “Lo que toca el agua’’, de Brenda Virginia Castro, en la Galería de Arte Contemporáneo y «La línea que trazo es eterna», de Lilette Jamieson, en la Pinacoteca.

P.D. Aprendí, redescubrí, caminé y disfruté. Gracias, gracias, gracias.

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Worldwide Photo Walk 2022

Miguel Espino, fotógrafo lagunero, invitó nuevamente a participar en el Worldwide Photo Walk 2022; a lo que nos unimos sin pensarlo dos veces. Como le explicaba acá, el WWPW es una iniciativa de Scott Kelby, para caminar tu ciudad con otros fotógrafos, compartir, aprender y resaltar lo que le da identidad a un lugar. ¡Juímonos!

La cita era a las 8:00 am en el Monumento a Benito Juárez, llegando Miguel puntualísimo, esperamos a que se reuniera más gente y dimos inicio a la caminata. Nos compartió un código QR con el mapa de la ruta a seguir, por si nos entreteníamos en algún punto ¡cof, cof! ¿Es a mí? Avanzamos por la Ramón Corona, pasando por la Morelos, el Hotel Calvete, donde sirven unos desayunos riquísimos, la Hidalgo con sus gorditas y casas antiguas, una en especial, siempre que paso le tomo foto… en esta ocasión salió el dueño y platicó con Miguel (todo el tiempo pensando que estaba abandonada y sola, ¡ándale! ahí vive un señor muy amable, quién lo invitó a conocer posteriormente el inmueble.)

Le seguimos hasta la Falcón, para apreciar el Edificio Urdapilleta (aka la marihuanada, by Carlos Castañón, guiño, guiño), la Parroquia del Perpetuo Socorro, y vámonos para el Mercado Juárez. Apenas estaban abriendo los puestos, por lo que no nos tocó el pleno ajetreo, por el contrario, parecía la Bella Durmiente despertando de su dulce sueño.

De ahí nos dirigimos hacia el Museo Arocena, aquí se desgajó la granada, cada quien agarró para diferente rumbo, yo me fuí a cargar batería, a la Plaza por una limonada Celis, taba fuerte la calorts, y como ya no supe donde andaban me fuí directo al café donde terminaríamos el recorrido.

Retrato puro edificio y plantas, me da mucha pena fotografiar personas, imagino que se van a molestar, y no me animo a pedir permiso, a ver si en un futuro voy cambiando este enfoque.

No coincidí con ningún compañero de cuando participé en 2019, en cambio, conocí nuevas personas, varios de ellos han hecho el WWPW en otros años, dos mamás llevaron a sus hijos, pequeños y jovencitos, matrimonios, chavos, novios, como en botica, de todo un poco. Se creo buen ambiente, compartieron algunos tips y planean actividades muy interesantes, si Dios lo permite, nos apuntamos de nuez.

P.D. Una risa, porque siempre tomo las mismas, las mismas fotografías. Y a la vez, siento que es la primera vez que disparo.

P.D.2 Nada que ver en Torreón… dicen.

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