Antes de…
Varios años atrás (ni modo que adelante) la puerta de cristal de la Biblioteca José R. Mijares exhibía un volante:
¡Viaje al Cañón de Jimulco! Visitaremos el Ejido Juan Eugenio para comer gorditas, herbolaria, paseo al Cañón…
¡Vamos! dije, $100.00 por persona… erh… no, ni tenía tantas ganas… 😦 La verdad no era tan caro, pero en ese momento nuestra situación económica no estaba para paseos. Ahí conservé guardadito el volante… algún día haremos ese recorrido. Pasaron los días, los meses y los años…

En los períodos vacacionales la Dirección de Turismo Municipal de Torreón ofrece paseos a la Flor de Jimulco de manera gratuita, sólo se cobra una cuota de recuperación para la comida que se ofrece en Barreal de Guadalupe, en abril de este año eran $70.00 por persona, en tanto en julio fueron $80.00. Hay que anotarse en las oficinas del antiguo Banco de México, ubicado en la Morelos frente a la Plaza de Armas, con varios días de anticipación. ¡Juímonos!
Durante…
Hay que llegar temprano a la Plaza de Armas, el autobús parte a las 8:00 a.m., aunque en esta ocasión se les hizo un poco tarde, -lo cual agradecí profundamente; pues me dió oportunidad de comprar chuchulucos y agua-. Recomiendan llevar sombrero, gafas de sol, bloqueador, calzado cómodo y suficiente agua (por supuesto, dinero en efectivo para los antojos).

En el trayecto el guía nos va explicando datos históricos y curiosos sobre Torreón y sus alrededores; el camión tomó la ruta por el sector Alianza, pasando por la Iglesia de San Juanito y agarrando la carretera 40 a Picardías, tomamos parte del Estado de Durango y volvemos al Estado de Coahuila (sí, esos límites estatales tan caprichosos).
Juan Eugenio
Llegamos a este tranquilo poblado a degustar gorditas, tamales y dulces, todo muy rico, muchas personas se van sin almorzar y aquí es donde tranquilizan la tripa. Me llamaron mucho la atención estos ladrillos decorados, abundan en las fachadas; también la combinación de colores en las casas. Como ya íbamos desayunados sólo adquirimos dulces de leche y hartos bolis. Si se ofrece ir al sanitario aquí le prestan en algunas casas. Tome nota.

Jalisco: Puente Canal
Este es uno de los parajes que más he visto fotografiado, se trata de un puente hecho a base de cal, piedra, baba de nopal y agua ¡Con más de cien años en pie! Imponente.

Contiene una parte para peatones por debajo del tránsito vehicular, Doña Anselma se encarga de mantener limpio el lugar, además de servir como guía. Nos invitó a las fiestas del Señor de Mapimí, con sus carretas que viajan durante cinco días para encontrarse con el afecto de su devoción. Nos platica que aquí la gente es muy unida, todos se conocen, todos se ayudan. 🙂

Mis hijos impresionados con el río de «chocolate» que corría debajo de nosotros, poca agua, mucha corriente. Ya se querían meter a nadar, más éste no era el lugar para ello.
Casa Herbolaria
Cuentan con plantas medicinales que utilizan en la elaboración de productos (cremas, shampoo, pomadas), se pueden adquirir ahí mismo o bien en el local ubicado en la esquina de Blanco y Allende (Altos), precios módicos… ¡Llévele, llévele!

Ex-Hacienda de Jimulco
A mitad de camino visitamos la Ex-Hacienda de Amador Cárdenas, quien era muy amigo de Porfirio Díaz, cuentan que el mismo Díaz le regaló estas tierras. ¿Y eso qué? Nada, que dicen que el Ferrocarril se detuvo justo fuera de la Hacienda para que el entonces Presidente Mexicano pudiera felicitar a Don Amador en su cumpleaños. Lamentablemente la finca está invadida, sólo nos conformamos con verla por fuera, apreciando remotamente lo que en su día fue de gran esplendor.

Cañón de Jimulco
Cuando llegamos al Cañón todos estábamos boquiabiertos ¡La inmensidad de las rocas! ¡Los tonos del verde, rojo, azul! ¡El cielo limpio! ¡El AIRE… entrando en sus pulmones! ¡Oiga! ¡Qué cosa maravillosa! Yo me fuí resbalosamente hasta el río, para poder tocar su agua clara, chocolatosa, pero clara a la vez 😛

Silencio. Sol. Agua.Tierra. Viento. Silencio.

De nuevo mis chiquillos querían ya bañarse a como diera lugar, tuvimos que «arrancar» a MiNene para poder continuar.
Barreal de Guadalupe
Aquí se rentan cabañas rústicas para pasar la noche; en el comedor nos ofrecieron asado, arroz, frijoles, agua -bendita- de piña y de limón. ¡Yummi Yum! (A las señoras que tan amablemente nos prepararon la comida se les reparte el dinero recolectado).

Luego de reposar la comidichi y de asomarnos a todas las cabañas, caminamos unos 300 mts cuesta abajo (me acordé cuando vivía en el rancho… la tierra suelta… el goldo-goldo de los guajolotes… los insectos increíbles…) hacia el río.
A la sombra de este árbol, con más de 500 años de edad, nos sentamos a contemplar la naturaleza. Finalmente los niños pudieron darse un gran chapuzón. El agua apenas les cubría arriba de los tobillos, no menguando por ello la diversión.

Después de…
Tanto a la ida como de vuelta nos topamos con el Ferrocarril, para gusto y admiración de los pequeños. El regreso a Torreón nos sorprendió con los pies cansados y el alma llena. Volveremos si Dios lo permite.

P.D. En la Alianza hay rutas de camiones suburbanos que le llevan a Jimulco, por si ocupa.
Actualización: Terminal Flor de Jimulco, Av. Hidalgo 1888 Pte. Col. Centro. Aquí el mapa.
Cómo llegar

Más información
Paraíso escondido
Cañón de Jimulco en FB
Paso de migrantes
Fiestas del Señor de Mapimí
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