Cada que me preguntan por qué decidí parir a MiNene en casa me encuentro recitando la lista de mis «No quiero volver a pasar por esto» casi de memoria y sin tomar aire. No es hasta que MiPart me pide por escrito los motivos que me llevaron a tomar esa decisión en que me detengo a reflexionar en ellos. Y es, hasta cierto punto gracioso, que teniéndolos (los motivos) me cueste tanto plasmarlos en palabras.
¿Por qué tuve un parto en casa?
- Anhelaba un ambiente cálido y familiar para recibir a mi hijo. En casa estarían MiEspo, Mija y MiBeba con los brazos y los corazones abiertos.
- Necesitaba la presencia de MiEspo apoyándome, soportándome, animándome, amándome. Que estuviera a mi lado -no afuera en otra habitación o lejos del hospital-
- Deseaba fervientemente que mis hijas asistiesen al nacimiento de su hermano, que lo vieran sin que nadie les regañase, que lo vivieran natural -como es- sin miedo y sin engaños.
- Esperaba un parto natural, sin anestesia para poder participar activamente, sin intervenciones innecesarias, quería sentir de nuevo el dolor y al mismo tiempo el gozo de dar vida, experimentar como un ser humano emerge de mi cuerpo, probar los límites de mi humanidad.
- Pretendía demostrarme que a pesar de mi edad aún era capaz de atravesar el umbral del parto.
- Ansiaba opinar, decidir, dudar, decir cualquier cosa que me viniera a la mente sin temor a ser callada, ni obligada a hacer algo que no quería.
- Por respeto, por mi cuerpo, por mis tiempos, por mi voz interior, por mi hijo. Respeto que me había sido negado en los partos anteriores.
- Por natural. Mi cuerpo esta diseñado para esa función, ¿Entonces?
- Por confianza. Si Dios conmigo ¿Quién contra mí? Si MiPart está preparada ¿Qué más puedo pedir?
- Por curiosidad. ¿Cómo será dar a luz en agua?
- Por terquedad. Quería pujar, gritar, llorar, reír, orar a la hora que lo necesitara. Quería ser yo la que gritara, no el doctor.
- Por comodidad. ¿En que otro lugar voy a estar mas a gusto que en mi propia casa?
- Por intimidad. Dios, mi esposo, mis hijas, mi madre, mi partera y la doctora. Nadie más.
- Por maternidad. Abrazar y besar a mi hijo apenas nacer, que nadie se lo llevase lejos de mí.
- Mío. Quería un parto mío, un parto nuestro. Y lo tuve.
P.D. Gracias a Tirsa por animarme a realizar este ejercicio.