Mi estimada Louma de Amor Maternal nos invita a participar en la recopilación de anécdotas con el siguiente texto:
«10 cosas que he aprendido de mi hijo es un carnaval de blogs cuyo propósito es hacernos reflexionar, compartir, reír, emocionarnos y facilitarnos una mirada en retrospectiva acerca de cuánto hemos aprendido desde que emprendimos el camino de la maternidad.»

Me es difícil enumerar las 10 cosas que mis hijas me han enseñado, es tanto lo que he aprendido a su lado que llenaría varios libros y me faltarían palabras. Tengo ya días pensando en ello, tratando de seleccionar u ordenar mis recuerdos, para encajarlos en la lista de 10. Y cuando por fin logro transcribir algo… siento que el resultado no transmite en su real dimensión lo que esa personita en mí despertó.
Me cambiaron la vida. Soy otra mujer desde que las tuve dentro de mí. Tanto así, que batallo para rememorar los momentos vividos sin la presencia de mis hijas. Como si el antes fuera acortándose cada día más, mientras que el después se expandiera abarcando todo mi universo.
Valiéndome del diario de ellas, haré el intento de nombrar tan sólo diez lecciones. El resto, lo contaré después. O tal vez, sólo lo guarde en mi memoria.
1. Escuchar.- Cuando mi beba nació lloró tan alto que los decíbeles se alcanzaron a escuchar hasta el piso superior del hospital. En cuanto la colocan sobre mi pecho, comienzo a hablarle y ella cesa de llorar. La retiran para limpiarla, llora todavía más fuerte. Sólo la voz de su papá puede calmarla de nuevo: «Soy yo, soy papá.» Ella conocía muy bien nuestras voces, nos escuchaba hablarle, cantarle, amarle desde que estaba en el vientre.«Te escucho claro y fuerte, aun cuando parece que no lo haga» .
2. Observar.- Contaba con tan sólo tres meses de edad, la cargué y comencé a nombrar las partes de la cara: «está es mi nariz, estos mis ojos, aquí mi boca» al tiempo que tomaba su manita y la colocaba sobre mi rostro.»¡Estoy loca! ¡Sólo a mí se me ocurre!» pensaba. A los pocos días, mi mamá la tomó en brazos y, sin saber lo que yo había hecho, le preguntó ¿dónde están los ojos?. Mi niñita, manoteó un poco, logró controlar su manita y la puso sobre los ojos de su abuela. Incrédula, le pregunta de nuevo: ¿dónde está mi boca? Se toca primero su propia boca y luego con su mano cubre la boca de mi madre. «Te veo, te observo, aprendo todo de tí»
3. Reír.- Después de una torrencial lluvia, salimos a caminar mi nena y yo. Con sumo cuidado para no acercarnos a los enormes charcos que se formaron en la calle, transitábamos por la banqueta. De repente y sin aviso, salió al paso una camioneta, rodó a toda velocidad, levantó literalmente una enorme ola frente a nosotras, nos bañó de pies a cabeza. Estaba por soltar una maldición digna del mejor de los gitanos, cuando mi niña voltea a verme y estalla en carcajadas: «¡mía aba mamá! ¡aba! ¡ha ha ha! ¡aba e lluva!» Seguimos nuestro andar, agua en la cabeza, lodo en los pies, risa en los labios. «No te tomes tan en serio, ríete de ti mismo»
4. Confiar.- Acababa de morir mi tía. Estaba yo muy distraída y triste. Mi hija me cuestionó en que pensaba, le respondí que en mi tía.
-¿Sabes dónde está ahora? – Preguntó.
-Sí, en el cielo- Contesté.
-¿No crees que allá está mejor? Papá Dios y la Virgen María están a su lado, ella está muy a gusto allá. No estés triste por ella. Ella es feliz.- Aseguró.
Tan pequeña y tan sabia, me otorgó consuelo cuando lo necesité. «Abandónate al Señor. No cuestiones su voluntad»
5. Sentir.- Si estoy contenta o enfadada, ella lo sabe. Aunque no haga gesto alguno, ni exprese verbalmente mi estado de ánimo, mi hija, siempre lo siente. Está tan unida a mí, que presiento que nunca le cortaron el cordón umbilical. Esa unión me da fuerza para continuar viviendo. «Hay un lazo que nos une, soy parte de tí, eres parte de mí»
6. Disfrutar.- Quiso atrapar el arcoiris en sus manos. La luz del sol entró por la ventana reflejando los colores en el suelo. Ella fascinada lo tomaba en la mano, y al abrir el puño desaparecía. Se entregó a esta faena por espacio de unos minutos, hasta que comprendió que no lo lograría. Sonrío y siguió jugando con las tarjetas de teléfono. No se frustró por no obtener lo que quería. Lo gozó y continuó tan contenta. «Deleita tus sentidos, disfruta el momento, sé de nuevo niño»
7. Perseverar.- Desde tomar el pecho hasta bajarse de la cuna, desde permanecer sentada hasta correr, desde tomar una crayola en sus deditos hasta escribir cuentos fantásticos… persevera, lucha, no se da por vencida hasta alcanzar su meta. «Esfuérzate hasta conseguir lo que quieres»
8. Percibir.- Ella vive y percibe su entorno. Se da cuenta de todo. Muchas personas me dijeron: ¡Es muy chica! ¡No se da cuenta de lo que pasa! Mayor mentira no puede haber. Entristece con las mudanzas, las fiestas la divierten, sabe cuando hay un problema en casa, goza cada viaje… y tiene pocos meses de nacida. «Soy una persona que vive y siente, que importa mi edad»
9. Perdonar.- He cometido muchos errores siguiendo malos consejos de buenas personas. En este aprendizaje, he practicado y luego desechado muchas ideas y costumbres que lastimaron a mi hija. Ella en vez de reclamarme o clavarse en el pasado, perdona. Perdona y no sólo eso: olvida. «Ya no me acuerdo de eso, vamos a jugar»
10. Amar.- Creí que amaba. Tal vez lo hacía, pero no de un modo total. Por ella daría la vida. Por ella la doy. Y ella, con sus pequeñas manitas acariciando mi rostro, me mira a los ojos y me grita: «Te Amo Mamita!!!»
P.D. Bellas Mamitas Y Su Lista De 10: 
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...