Publicado en Familia

Su Pie Izquierdo

Lunes 7 Mayo ’12

10:00 a.m. Mija ensaya el baile folcklórico para el día de las Madres. Hay un salto a mitad de la canción, su pie izquierdo se tuerce hacia dentro, todo su peso cae sobre él, termina en el suelo cuan larga es. Evita llorar porque no quiere que sus compañeros de salón se burlen de ella, a pesar que el dolor es intenso, se aguanta. La maestra la revisa, le quitan el zapato y la calceta. Dice que le duele cuando le tocan o cuando intenta apoyar el pie. No le dan nada, no le untan nada, ni pastilla para el dolor. No pueden volver a colocarle el zapato de lo inflamado que quedó su pie.

1:30 p.m. El servicio de transporte escolar me trae a Mija a casa, el chofer le ayuda a bajarse y le carga la mochila. Veo a mi niña brincando en un pie, con su uniforme blanco todo lleno de tierra y los cabellos fuera de su lugar. Le preguntó espantada qué fue lo que pasó. «Se torció el pie mientras ensayaba, yo creo traía muy flojo el zapato» me contesta el profesor. Mi esposo le ayuda a entrar a la casa y le pedimos nos explique lo sucedido.

¿Porqué nadie nos llamó a casa? Ni la maestra, ni el Director, ni siquiera ella. Dice que no le duele tanto, que sólo si le tocan la zona afectada. Que la lleve al Seguro Social me pide mi marido. Recién el viernes nos reactivaron el servicio, apenas mañana martes pensaba ir a verificar la vigencia. ¿Y si voy y todavía no estamos activos? ¿Se habrá fracturado? No creo, estaría en un grito. Pero… ¿Si es un esguince? ¿O fisura? ¿Y si me dicen de nuevo, exagerada? La tendré que llevar a urgencias ¿Si me salen con que un pie torcido no es una emergencia, como alguien desangrándose o con ataque epiléptico? ¿Y si no es para tanto y sólo necesita reposo y una pomada para desinflamar?

3:00 p.m. Ya les dí de comer, lave trastes y esperé a ver como reaccionaba. Apenas completamos con «feriecita» entre papá y yo el coste de un taxi, y si se va de prisa posiblemente logre pagar el taxi de regreso ¿si no? Veré que hago. No definitivamente, no me puedo quedar aquí, pensando en ponerle una bolsa con hielo y untarle pomada. Llevo a Mibeba con mi suegra, llamo a un sitio, nos vamos y que Dios nos ayude.

3:20 p.m. Ingresamos por la puerta de urgencias, siento a Mija. Hay pocas personas antes que nosotros espero pasemos rápido. Voy a recepción, que les de la cartilla y la tarjeta ADIMSS, la de ella y la mía. Me siento y me hablan de nuevo. Doy los datos de la niña, me siento de nuevo. De rato le hablan  para revisarla. Pasamos ambas con el Doctor en turno, le manda hacer una radiografía, me tengo que ir a Rayos X, dejando a Mija solita sentada en una silla de ruedas que me ordenaron conseguir. Por suerte esta vez sí había disponibles. Dos señoras a punto de parir me miran con condescendencia. Pienso para mis adentros, que pronto estaré yo en su lugar.

El encargado de la papelería andará loncheando o en el baño o checando, que sé yo, pero tarda un buen. Cuando llega, velozmente atiende a la señora formada delante de mí y toma mi orden. «Tres puertas más allá al rato le hablan» me indica. Voy corriendo por Mija que estaba al principio del laberinto, ella insiste en darle sola a la silla de ruedas, está bien, porque la niña ya pesa mucho y yo con mi panza, no puedo esforzarme mucho. Me vuelvo a sentar a esperar. Y esperar. Y esperar.

Al fín le hablan a mi pequeña, debe pasar únicamente ella, yo no puedo estar en la sala de rayos X, le afecta al bebé. Al tiempo, sale Mija con la placa entre las manos, córrele de nuevo con el Doctor. Otro que salió al pipisroom, o al cigarrito o que sé yo. Se van acumulando los pacientes. Y esperar, esperar, esperar.

Según yo, todo estaba normal con la radiografía, tendría inflamada la zona y ya. Según el Doc, parecía una pequeña fisura. ¡oh, oh y recontra oh! Me da otros 2 papeles, que vaya al archivo para que me den vigencia y de ahí a Dirección, pase a la clínica de especialidades, a urgencias ¡De inmediato!

Vamos corriendo (es un decir, con la panza  y Mija en silla de ruedas no hay mucho que hacer) al mentado archivo. Me sellan, nos vamos a coordinación. Toco la puerta, varias veces nadie contesta. Y esperar, esperar, esperar.

Le pregunto a una de las asistentes si habrá persona alguna dentro del cubículo, me informa que ya se fueron, pero que puedo ir a Dirección (¡Chicles! Error mío, hice lo que la vez anterior, cuando se trataba de la posible operación del pie de Mija, me confundí de oficina).

De regreso al laberinto que son los apartados del IMSS, a buscar la Dirección, al otro lado del edificio. Pronto que me atendieron, me firmaron y sellaron. Ahora… ¿Cómo diantres me voy a la otra clínica con tan sólo $10.00 en el monedero? 😦

Le llamo a mi esposo, anda al otro extremo de la ciudad, apenas trae para los camiones.
Le marco a mi hermano, se encuentra trabajando en ciudad vecina.
¡diantres, diantres, diantres!
Le llamo a mi mejor amigo, quien además vive cerca de la clínica, no me contesta, insisto, no está en casa.
Le marco a otra amiga que vive por el rumbo, nada. No recibo respuesta.
¿A quién le llamaré? ¿Al Chapulín Colorado? O.o
Pienso en algunos tíos y primos, todos trabajan, no se localizan fácilmente, y me imagino que un tío sí pudiera, pero creo que se va a molestar.
Le timbro a mi mejor amiga, me contesta que está trabajando, pero que viene por mí, que la espere.
La panza, la tengo dura, dura como balón de futbol. En el área donde estábamos no había sillas, así que me estoy un buen ratote de pie, con las piernas súper inflamadas y cansada. Tanto que me dice Mija que sea yo quien se siente en la silla de ruedas y ella se recarga en el portabrazos. No, ¿qué tal si se le rompe más?
Me llama mi amiga, que tiene una junta, que saliendo pasa por mí. No me queda más que esperar, esperar, esperar.

Cerca había unas sillas medio escondidas, vamos para allá, yo otra vez, con dolor de cabeza, me siento y me empiezo a quedar dormida. Suena el celular, mi esposo me dice que ya va para la casa, que verá con quien consigue el dinero y que nos alcanza en el hospital. Y esperar, esperar, esperar.

Lo que son las cosas, se encuentra «por casualidad» con un cliente que le debe, éste trae dinero y le abona. «Ya voy para allá» escucho su voz en el teléfono. Mija cansada, aburrida y un poco adolorida, pero mu emocionada porque le iban a poner su «primer yeso». 🙂

Le aviso a mi amiga que ya viene mi príncipe en camino, cabalgando en su fiel corcel a salvarnos de las fauces del Dragón. 😀

6:30 p.m. Ya estamos en la otra clínica, mi marido lleva a la niña cargada en brazos, lo pasan inmediatamente a urgencias en pediatría, mientras yo me formo en una fila de como 20 gentes. Acá parece que regalan algo, hay demasiadas personas ¿o algo pasó? dicen que balacera por la mañana y que muchos heridos. :S

Cinco minutos después y sin haber avanzado nada en la fila, aparece mi esposo, se lleva los papeles, me voy detrás de él. ¡De volada revisaron a Mija! Sí efectivamente, es una fractura ¿Fractura? ¿No era fisura? No, es fractura y necesita férula. Me toman los datos de la niña, que van a venir los «enyesadores» en cuanto se desocupen. Y esperar, esperar, esperar.

En esa espera, observo alrededor, bebés de meses con suero, una niña dormida en una camilla, su mami a sus pies, un pequeñito que casi se rebana el dedo con un ventilador, trae chorreado el pañal de sangre, su madre le trae en brazos, sumamente angustiada. Otra chiquita, con ataque de asma desde la mañana, apenas será nebulizada, es alérgica al Salbutamol, les indica su mamá… no pos Mija ta en la gloria, no ha necesitado medicamento, inyecciones, ni sedación. Platica con los doctores y con las enfermeras, lamenta no participar en el festival maternal y se preocupa porque mañana martes tiene su Concurso de Lectura.

Sin darme cuenta me quedo dormida cabeza con cabeza con Mija. Me dice papá que me vaya a casa a descansar, le digo que no voy a estar tranquila, pero tengo otra pequeña que atender y Minene reclama alimento, mi cabeza va a estallar, me duele todo el cuerpo…

8:00 p.m. Vuelvo a casa de mi suegra por Mibeba, ya había cenado y me voy a casa a bañarla y a tomarme algún analgésico. Me dice mi cuñada que le van a lastimar su pie, que la van a hacer llorar, que que bueno que yo no me quedé a ver eso. Logra angustiarme más de lo que ya estaba. Llamo a mi mamá que está muy intranquila, le explico todo lo que aquí escribí.

9:30 p.m. Mis dos amores regresan del hospital, Mija trae su férula, que no la lastimaron nadita me dice, a cenar y a dormir. La tendrá puesta las próximas 6 semanas, debe guardar reposo, no mojar el yeso y tomar medicamento si el dolor es muy fuerte. Las niñas se duermen, mi esposo también.

11:00 p.m. Lavo el uniforme blanco que había quedado negro con la caída y todo el paseo entre los hospitales. Lo usará mañana en el Concurso.

12:58 p.m. Termino de editar esta entrada, me despido dando gracias a Dios por todas sus bendiciones y por tantas Dioscidencias.